Dos naves, a una y dos aguas. Sencillas y situadas en la parte de la ciudad, el cerro de Hornillos, junto a hectáreas de tierra albariza y uva palomino.
Brisa limpia y directa del Guadalquivir que junto al trabajo en el campo y el de nuestro enólogo, Ramiro Ibañez, facilita la labor de producción tanto en las botas oxidativas como en las biológicas.
Unas 700 botas (200 oxidativas y 500 biológicas), el lagar y la embotelladora conforman nuestras humildes bodegas.
Vinos sencillos y puros. “Solo buscamos que gusten, que hagan pasar un buen rato”, comenta Paco Blanco. “Hay un vino para cada momento, o mejor dicho para cada buen momento. Bajo producción propia disponemos de toda la gama proveniente de la uva palomino, completada con el PX que amoldamos en nuestras instalaciones.” añade.
Merecen mención especial la Manzanilla Pasada, el Palo Cortao, el Amontillado o la bota fundacional, Blanquito, que tan buenos recuerdos trae.
Color amarillo dorado. Aromas muy intensos y concentrados. Frutos secos, yodo, algas y flores blancas. Muy seco y salino, abarca toda la boca y con postgusto muy largo. Color amarillo dorado. Aromas muy...